sábado, 18 de enero de 2014

Prueba Open O-1.0


Aprovechando el evento organizado por la revista Bike, Test the Best, tuve la inmensa suerte de hacer unos kilómetros en una bici de las que se prueban pocas veces en la vida. No sólo por precio, sino por acabados, tecnología, filosofía de marca,… ¡por todo!

Open es una marca que nace de las mentes brillantes de dos apasionados del ciclismo, que tras conocerse en sus etapas en laborales en Cerveló, decidieron unir sus voluntades y virtudes en una marca propia. Una marca cercana al usuario, en la que la información que éste comparte con los creadores, les llega directamente pues, ellos son los que responden en muchos casos.

Según ves la bici, aunque parece sencilla, percibes algo especial. No hay colorines, grandes logos, ni “vulgaridades” de ese tipo. Todo es discreto, efectivo y práctico. Si hay una forma, es porque tiene que haberla, no por capricho. Si hay una parte más dimensionada, es porque soporta más esfuerzo.
 

Según la coges, compruebas otra de sus virtudes: su bajo peso. La Open presume de ser el cuadro de 29” más ligero del mercado (871 gramos en talla L). Y como vamos viendo, no es casualidad, sino trabajo, conocimiento y diseño.

Tras los ajustes pertinentes de altura de sillín, presión de horquilla y ruedas y ángulo de manetas, llega el mejor momento. La has visto, la has cogido pero, lo que más gusta es, sin duda, montar en ella.
 

Antes de cogerla, había dado varias vueltas al circuito de pruebas que iba a usar (al no probarla en los lugares que suelo montar) con la bici que uso normalmente, para buscar referencias conocidas. El circuito es, variado, con subidas durillas y una pequeña trialera, otra zona de ligera bajada de sendero y una zona final de bajada revirada. No hay pistas, ni bajadas rápidas. Es un circuito corto que, considero mejor para buscar lo que te ofrece una bici porque, si coges un circuito muy largo (no siendo donde montas habitualmente), no consigues resultados óptimos.
 
La unidad probada monta un grupo Sram X.0, con horquilla SID, bielas Rotor, frenos Magura MT6 y componentes 3T. Aun siendo componentes de gran calidad, el cuadro merece más. Te induce a que pases horas, buscando componentes híperligeros y pijos, para hacer la bici exclusiva. De todos modos, sin duda, son componentes ideales para una bici de pruebas. Lo otro que digo es un desvarío, pensando si la Open fuese mía. ¡Festival de titanio y carbono!
 


Volviendo a la prueba, la bici ya está ajustada a mis gustos y salgo por las calles de Cercedilla hacia la primera subida. Aceleración fulgurante, fruto del poco peso que tenemos que mover, es la primera sensación. Te vienes arriba y empiezas a arrastrar desarrollo y a subir pulso. La bici te lo pide, es una purasangre. Es como un coche deportivo, puedes ir despacio pero, como mejor se encuentra es, yendo rápido.

 
Tras el momento inicial de euforia, cojo una velocidad “lógica” para probar la bici y lo primero que noto es que la primera subida la hago sensiblemente más rápido que la que había hecho en el reconocimiento. A igualdad de esfuerzo, se entiende. Se aprecia que, es una bici equilibrada, de geometría apta para mi especialidad (no porque sea bueno, sino porque en otras modalidades soy peor), las largas rutas. No es una geometría muy racing, ni relajada. Está en un perfecto término medio.

Llega la zona más técnica, una zona de piedras corta pero, que en el reconocimiento hago en plato pequeño para tener más respuesta por si me quedo atrancado. Llego con la Open a más velocidad y prefiero no quitar plato. No hay problema. Ayudado por la ligereza y la efectividad del cuadro, se solventa sin problema. Tiro un poco de manillar y aunque me paso bastante (no estoy acostumbrado a tan poco peso), he pasado a una velocidad bastante mayor que lo que había visto con anterioridad. La forma de los tirantes, muy planos, permite una buena rigidez en el sentido lateral, mientras que, aporta flexibilidad en el vertical, lo que potencia la absorción, tanto si la buscamos para mejorar la comodidad, como si buscamos tracción, siguiendo con mayor fidelidad el terreno.
 

Zona de sendero rápida, en la que se siente cómoda. Rápida de reacciones, por su bajo peso pero, no nerviosa, por su geometría equilibrada, responde a todo lo que se le pide con precisión. Al igual que en la siguiente parte de circuito, ya de bajada, las trayectorias son fieles, al no haber flexiones ni imprecisiones, ni del tren delantero, ni del trasero. Muestra muy buenas maneras bajando, completando así, el circuito de prueba.
 
Llega el peor momento, devolverla. Aun con el montaje más “básico” es una máquina perfecta para carreras y rutas de larga distancia. Lo único que me ha gustado un poco menos, son los frenos, por su tacto. No van mal pero, me gusta otro tacto, más seco, no tan esponjoso. De todos modos, no deja de ser una cuestión de gustos, no porque funcionen mal.


El precio a pagar es elevado, pues son 2650 euros, el cuadro y 3300, todo lo demás. Es mucho dinero, obviamente pero, no está lejos (incluso por debajo, dependiendo de las vueltas que demos para buscar una horquilla bien de precio), de un S-Works, por ejemplo. Y con todos mis respetos, el Open juega en una liga muy distinta, sobre todo, porque es mucho más personal. A todo esto, se le puede añadir que es el cuadro más ligero del mercado pero, una vez probada, caes en la cuenta que, eso ya es una banalidad, comparado con lo demás que te ofrece.

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